¡Cuantas más complicaciones, mejor! Una frase tan loca probablemente solo se puede escuchar en una fábrica de relojes de cuco. Porque las complicaciones son movimientos y los movimientos hacen que un reloj de cuco se convierta en algo muy especial: los bailarines, el bebedor de cerveza, el péndulo y, por supuesto, el cuco, la media hora y la hora completa saltan de su casa. En el Fábrica de relojes de cuco Anton Schneider es una novedad mundial nacida de este pensamiento: el reloj para techos es el primero del mundo Reloj cucú con nueve movimientos!
Los bebedores de cerveza
Movimiento arriba y abajo de jarras de cerveza
El techador
- Un trineo en el techo que se tensa.
- Roofer hace un movimiento de pirateo.
Los bailarines
La dificultad con un reloj de cuco es el manejo del peso: Con 1500 gramos de peso, tienes que manejar muchos movimientos. “Con nuestra nueva unidad, hemos logrado algo que nunca antes se había visto. Actualmente es el único reloj con nueve movimientos en el mercado”, explica el Director Gerente Jürgen Clute.
Primero, un trineo en el techo levanta las tejas en el reloj del techador. Luego el techador se mueve y hace un movimiento de pirateo. Esto es seguido por el movimiento de rotación de los bailarines clásicos y el movimiento hacia arriba y hacia abajo de los bebedores de cerveza. Todo esto sucede por separado en el tiempo, uno tras otro. Con una técnica que puede ver: "El techo no está completamente cubierto, por lo que puede mirar hacia el edificio", dice Jürgen Clute. Y algo más es nuevo para el reloj de techo. Por primera vez, el bebedor de cerveza es un hombre muy gordo; Un verdadero bávaro con una gran barriga. Eso es autentico.
Los relojes de cuco siempre cuentan una historia. El Dachdeckeruhr cuenta la historia de la nave en la Selva Negra: la rueda del molino, el aserradero, la madera que se trae. Un caballo parado y esperando allí. Los bebedores de cerveza y el gato sentado en el techo. Esta combinación tiene un nivel conmovedor y un nivel técnico. Lo miras con frecuencia.
Un reloj de cuco nunca se vuelve aburrido. Más que un recuerdo!
